Comprendiendo a una víctima de abuso sexual
Hay diferentes tipos de maltrato: el maltrato físico y el maltrato emocional. Normalmente no hay uno sin el otro. A medida que se va agrandado la situación, el abuso sexual es la forma más perversa y violenta de maltrato que existe.
Los abusos sexuales, a niños, adolescentes y adultos es el abuso de poder que alguien tiene sobre otro llevado al extremo. El verdugo ejerce un poder especial sobre la víctima y ésta queda atrapada en un círculo vicioso del que le va a costar poder salir. Este círculo vicioso está llamado por algunas víctimas con metáforas como, por ejemplo: “una cárcel transparente”,” me sentía en un pozo muy hondo del que no podía salir”, “por mucho que gritara mis gritos de auxilio se ahogaban en ese agujero”, “una tela de araña, donde uno se enreda y se le pegan las manos, los pies, el cuerpo entero.” Estas y otras expresiones son las que escuchamos con frecuencia en la consulta cuando un superviviente trata de contarnos que ha sufrido abusos sexuales prolongados en el tiempo.
Normalmente la sociedad tiende a asociar el abuso sexual con situaciones de extrema violencia física (una pistola en el cuello, manos y pies atados, encerrados en una habitación) pero nada más lejos de la realidad del abuso sexual. El abuso sexual es tan perverso que cruza una raya que va mucho más allá de lo visible, para pasar a una dimensión invisible, oscura, secreta. La víctima se encuentra en un laberinto, una tela de araña donde no suele haber pistolas, encierros y ataduras visibles pues parte del plan perverso del verdugo es hacer creer a su víctima que es una situación consentida y querida por ambos. Podemos compararlo con un laberinto, un laberinto en sí no es violento, pero sí lo es el vértigo que conlleva cuanto más se camina y más adentrado se está en un laberinto sin salida. Y así sucede cuando se sufre un abuso sexual.
Es un abuso de poder a través de manipulaciones, engaños camuflados de seducción, de cariño, de bondad y, cuando la víctima se da cuenta, ya está dentro de ese juego perverso y encerrada. La victima confusa por lo que está ocurriendo, por las palabras trampa de su agresor, se asusta y si además tiene un vÍnculo familiar con él, se mezcla el sentimiento de cariño hacia su agresor, del que cree imposible que pueda estar ejerciendo un abuso sexual con ella o él.
Pero entonces, ¿es que las víctimas se dejan seducir? El juego de seducción no tiene por qué ser sexual, muchas veces es una seducción emocional, seducir con su persona, mostrarle su encanto como la figura que la víctima espera y necesita del agresor: “una figura de referencia como sustitución de un padre/madre ausente, pudiendo ser el mimo padre, abuelo, tío, primo, hermano o bien, un profesor o figuras de referencia para esa víctima”.
Si sufriste o piensas que pudiste sufrir abusos sexuales en la infancia, si sigues sufriendo abusos sexuales aún siendo adulto, no es tu culpa, no eres responsable de lo que te sucedió o te está sucediendo. Tu cárcel transparente tiene una puerta y la llave está aquí.
Si necesitas acompañamiento en el camino para poder salir de esa vida de cadenas que caracteriza a una persona que ha sufrido abusos sexuales, puedes contactar con nosotros.
Pide al terapeuta que te acompañe, respeto, a tu ritmo, despacito, con esa necesidad de delicadeza que caracteriza tanto a alguien que carga con este sufrimiento tan grande. No estás solo, no estás sola, en Psicologia Sabadell Sabat podemos ayudarte, puedes conseguir salir adelante y no sufrir las secuelas del abuso.
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